B, 7 de mayo: La noche del soldado.
A, 14 de mayo: La calle destruida.
B, 21 de mayo: Melancolía en las familias.
A, 28 de mayo: -Son cosas que pasan el día antes.
domingo, 31 de enero de 2010
Mis profesores.
TIEMPOS PASADOS
Mis juguetes
El que más me gustaba de todos era el oso grande. En verdad se suponía que era una osa ya que venía con un osito pequeño que era su hijo, aún así a mí me parecía que tenía cara de chico y no de chica de modo que así se quedó. Era muy bonitop, tenía un pelaje largo y suave de color caramelo y por ojos tenía dos botones. Pero lo que le diferenciaba del resto de mis peluches era que al apretarle en cierto punto del brazo sonaba una canción que me encantaba y con la que muchas noches me quedaba dormida.
Muchas veces dormía con uno de mis peluches, cada vez con uno distinto para que todos pudieran estar conmigo.
A diferencia de otros niños, yo cuidaba muy bien de mis juguetes y solía ponerme triste o sentirme culpable cuando se me rompía alguno. Recuerdo una vez que estaba jugando con mi oso de peluche y lo dejé un momento encima del radiador de mi habitación. Cuando volví noté un ligero olor a quemado y fui corriendo a visar a mi madre. El oso se quedó con los pelos de la espalda más oscuros que los del resto del cuerpo pero eso no fue lo peor: el mecanismo mediante el cual se escuchaba la canción ya no funcionaba y en su lugar se oía una especie de gruñido como si se estuviese quejando por lo que le había hecho. Después de aquello, de vez en cuando, el oso empezaba a cantar la canción terminándola de una manera extraña, como si se estuviese ahogando y eso pasaba tanto de día como de noche por lo que terminé por cogerle miedo.
Mi segundo juguete preferido era una muñeca. Era la primera muñeca que tuve, me la regaló mi abuela cuando yo tenía dos años. Tenía los ojos azules y el pelo rubio recogido en dos coletas. Siempre llevaba puesta la misma ropa: un vestidito rosa y blanco con flores, y no tenía zapatos por lo que para que no tuviese frío le pedí a mi madre que le comprara al menos unos calcetines.
Otro de los juguetes con los que podía pasarme una tarde entera jugando eran los playmobil. Tenía la granja, el parque y el barco. A mí me encantaban sobre todo por todas las cosas diminutas que traían: rastrillos, palas, cubos para la arena incluso botellas de agua.
Ahora todos mis juguetes están olvidados en el trastero de mi casa pero aún así siempre guardaré un buen recuerdo de ellos .
miércoles, 27 de enero de 2010
ALGUNOS PROFESORES....RAROS
A veces pensaba como sería la vida en el instituto, los profesores, ese gran cambio y todo lo que me habían contado, pero no quería perder a unas personas que durante todos esos años habían estado a nuestro lado enseñándonos cosas.
De algunos profesores de primaria me acuerdo por su forma de ser, algunas muy estrictas pero buenas personas otros totalmente diferentes con los que ni un momento se desaprovechaban y no te podías aburrir.
Por eso en este relato voy a escribir sobre algunos profesores del colegio e instituto que me han sorprendido con su forma de ser.
EN EL COLEGIO
José María fue el tutor de mi clase 3º A , era muy buena persona todos los días nos reíamos con él, en las navidades tenía una costumbre muy rara. Todos los días venían los Reyes Magos, nos dejaban muchas chucherías en platos que estaban al lado del belén.
Había una profesora del medio ambiente, salíamos la mayoría de los días al campo por el que no podíamos pisar ninguna planta siempre teníamos que mirar el suelo por si pisábamos sin querer una planta o un insecto, era un poco maniática, necesitábamos cuadernos pero no cuadernos normales, tenían que ser de hoja reciclada y por supuesto no podíamos comprar cuadernos con anillas. Cuando íbamos de excursión no podíamos llevar agua para que nos acostumbrásemos a sobrevivir en el desierto, lo sé resulta extraño y exagerado pero era así, también cabe mencionar que respetar el medio ambiente era en las clases porque tenía un todoterreno con el que iba pisando toda la vegetación.
EN EL INSTITUTO
En el instituto tuvimos dos profesores que no eran de Arenas, venían a sustituir a otros dos profesores.
Uno de ellos se llamaba Ismael creo recordar, sustituía a la profesora de inglés, la verdad que en esas semanas que estuvo con nosotros no aprendimos nada, el día en el que nos enteramos de que había trabajado en Orange, ese día el mismo nos dijo lo que decían los trabajadores de Orange : “ bienvenidos a Orange ¿en qué puedo ayudarles?” fue muy divertido.
El otro profesor, no me acuerdo de cómo se llama, pero nosotras le llamábamos el “puntillo” debido a que el primer día de clase nos dio la definición del punto la que definía del siguiente modo: “el punto es la cosa más pequeña que podemos hacer con un bolígrafo es decir un punto” no se me podrá olvidar nunca, con estas palabras fue con las que inició el curso y le terminó pues no hacíamos nada con él, solo se molestaba en encender el ordenador y chatear, bueno también de vez en cuando soltaba alguna frase como “cállate niño” pues esta persona no se molestaba ni en aprenderse nuestros nombres .
MIS TESOROS, LOS JUGUETES
Reconozco todo los muñecos que he tenido, recuerdo cada nombre de cada uno de ellos sean Clic, Barbies o Nenucos.
Nada más nacer me regalaron muchos peluches blanditos para niños pequeños, eran bastante grandes, patitos, conejos y ositos de todo tipo de animales. Recuerdo que uno de ellos me daba miedo, era el pato Tontorrón (le llamaba cuando crecí), era un pato grande, que con 1 año me daba mucho miedo, cuando me apoyaba en el empezaba a hacer ruidos.Supuestamente imitaba a un pato pero no sé si serían las pilas, porque más que parecer un pato normal parecía un pato recién atropellado.
A partir de los dos años como a todas las niñas me empezaron a gustar más las muñecas que todos esos peluches de animales.
Todos los años en las navidades y en mi cumpleaños me regalaban muñecos, con accesorios, carritos, el wáter del Cocolí Popo, el armario del Nenuco, la cuna, la bañera….
En el 2000 justo el día en el que nació mi hermana mi padre me llevó a una tienda de juguetes para comprarme uno. Me compraron un Epi con una guitarra eléctrica que cantaba muchas canciones. Recuerdo que el día que le estrené estaba en el hospital con mi tío, sentados en las escaleras pulsábamos una y otra vez el botón de las canciones hasta que los médicos nos llamaron la atención. Yo todavía era muy pequeña para darme cuenta de esos detalles.
Las Barbies me gustaban mucho pero las Bratz las superaban, me encantaba cambiarlas de ropa y de zapatos dejándoles con los muñones de los pies que tenían.
Los Clics me gustaban mucho tenía la granja, estaba llena de animales y recuerdo pasar horas y horas jugando con ellos, terminaba de comer y cuando me quería dar cuenta ya era la hora de cenar.
Los muñecos eran mis preferidos no sé cuantas horas habré jugado con ellos en lo que llevo de vida pero sé que han sido muchas horas. Mis favoritos eran los Nenucos y los Baby borns tenía 4 Nenucos, dos gemelos y dos niñas y 2 Baby Borns el niño y la niña aunque en realidad no se diferenciaban en nada.
Así poco a poco fui llenando la buhardilla de juguetes hasta crear mi propia casa de muñecos que ahora la gran mayoría pertenecen a mi hermana.
lunes, 25 de enero de 2010
=)) En el Colegio
En el instituto, las cosas son diferentes. La gente y los profesores son diferentes. No creo que eche tanto de menos el colegio ahora, aunque siempre me apetece pasar por allí y recordar aquellos rincones que esconden momentos del pasado, trozos de nuestras vidas, donde dejamos parte de nuestra imaginación y toda nuestra infancia.
Costumbres navideñas.
El último día de clase fue el lunes 21 de diciembre, esa mañana me levante y aún dormido, levante la persiana de mi habitación y mis ojos contemplaron aquella maravillosa nevada.
Aún así como Eduardo, el conductor de autobús nos lleva a Arenas sea como sea, bajé a la plazoleta. Al salir de casa pisé la nieve y note como el agua entraba por la zapatilla, por lo que me puse una bolsa de plástico en cada pie para evitar mojarme.
Unos minutos más tarde llegué y vi el autobús arrancado y de pronto dije: ¡ Mi…! no puede ser… me acerqué al autobús y al ver al conductor bajando y moviendo la cabeza de lada a lado, cambio mi cara, ¡no podemos bajar!
Esa tarde fuimos a la sierra con unas tablas y unos sacos de plástico. Nos lo pasamos genial, lo único malo fue que llegue a casa empapado.
Una costumbre de mi familia es que vamos a una finca llamada Las Majadas, donde cenamos en nochebuena.
También los primos nos divertimos haciendo polvorones y jugando a un montón de juegos. El rey de esta nochebuena ha sido el póker, jugábamos mis primas, mi tío y mi tía y yo.
Mi tío y yo siempre nos reímos de discurso del rey, aunque, no se que tiene de gracioso pero… ¡somos así!. Otra cosa mítica es la botella de champán, todos los años nos dedicamos a intentar apuntar con la botella a un cencerro y cuando el tapón sale disparado, nunca le damos.
También en nochevieja nos reunimos toda la famila para despedir el año. Como es habitual ente mi primo Luis y yo, estamos toda la noche picando a mi primo pequeño.
Cada año mi abuela prepara su clásico cabrito, que por cierto esta… riquísimo.
Todos tomamos las uvas menos mi primo pequeño que come gominolas, ningún año todos hemos logrado tomar las uvas con cada campanada, que si un año fulanito se toma una antes, que si menganito no se entera de una campanada…
Luego brindamos por el año nuevo y…¡bip, bip! Montones de mensajes al móvil para felicitar el año.
Unos días mas tarde los Reyes, ese día tan esperado con tanta ilusión.
Al despertarse mi hermana, va habitación por habitación gritando: ¡que han venido los Reyes! Entonces bajamos al salón y abrimos los regalos.
Más tarde vamos a la casa de mi tía, que está en la misma calle que mi casa. Yo dejo el dedo pegado al timbre para que mi tío se enfade un poco.
Al sonar el timbre se escucha detrás de la puerta:¡ ya esta el niño con el timbre, hay que joderse! Pero se le pasa rápido el cabreo.
CUANDO ERA PEQUEÑA ^^
Mi habitación también ha cambiado mucho desde entonces, donde ahora hay libros y trastos de decoración, antes había juguetes, muñecos y disfraces. También recuerdo con cariño una tira con osos que recorría las cuatro paredes de la habitación. Muchos de mis antiguos juegos, ahora han quedado olvidados en algún rincón de mi mente o metidos en cajas encima del armario.
De entre todas las muñecas que he tenido, a la que más he querido, ha sido una muñeca con pelo rubio y facciones agradables que hacían irremediable que te gustase nada más verla. Así les pasó a todos los niños a los que se la enseñé e incluso a algunos adultos. De hecho la muñeca no era mía en un principio, sino de “Ti-Anto”, a quien siempre le han encantado las muñecas. Me acuerdo de que tenía una habitación llena de muñecas a la que llamamos en un golpe de originalidad “La habitación de las muñecas”. Siempre que podía, buscaba a “Ti-Anto” y le pedía que me llevase allí y ella, me enseñaba todas las muñecas, una y otra vez. Algunas eran muy antiguas y otras algo más nuevas, pero todas tenían su historia. Yo la escuchaba hablar mientras les cambiábamos el vestido y los zapatos.
De entre los muchos cuentos que mi madre me leía antes de dormir, recuerdo en especial, uno cuyos cuentos eran tan cortos que se contaban en dos minutos, o quizá en cinco, siempre lo ponía al principio de cada cuento y así según lo tarde que fuese, podíamos leer uno u otro. También me acuerdo de un cuento sobre un pez con escamas brillantes, y de la colección de cuentos de Teo. Muchos los sacaba de la biblioteca y otros me los compraban mis padres.
Pero con los años cambian las cosas y aunque ahora ya no haga caso a mis muñecas, mis juguetes, o mis libros de cuentos, siempre les tendré un cariño especial a todas esas cosas.
Tan solo recuerdos...
En mi habitación quedan muchos recuerdos de mi infancia. Cuando yo era pequeña, al ser la primera hija en nacer y la primera niña de la familia mucha gente me regalaba peluches y muñecos. Ahora en mi habitación quedan bastantes aunque algunos están guardados, de los que más recuerdo tengo son un oso grande blanco, una osita naranja un poco más pequeña, una osita blanca, y por último un peluche rojo y blanco que me lo regaló mi padre. Esta familia de osos siempre la comparaba con mi familia. Todos estos ositos están muy bien cuidados porque aunque me haya pasados muchas horas jugando con ellos, a ninguno le falta ningún ojo, ni están pintados, siguen igual de suaves que el primer día. El oso blanco, es el más grande, muy suave, sus ojos y nariz negros como el carbón, con pelo larguito que me encantaba abrazarme a él, con sus manos azules claritas. La osita naranja tiene el pelo diferente no tan suave, tiene una lengua rojo pequeñita que sale de su boca y también unos grandes ojos y nariz negros, sus pies y orejas son de color morado con unos lunares blancos, su boca también es de color blanco. La otra osita, que decía que era yo, aunque ahora cuando lo veo a mi me parece más un osito que una osita, pero como yo decía que era mi familia pues así se ha quedado como una osita. Es de color beige y su pelo es como el de la osita naranja, en sus mofletes el pelo es más largo. Sus ojos son más pequeñitos y marrones, su nariz también es marrón y grande. Lleva ropita, lleva una corbata rosa y azul de flores, con una chaleco azul que se puede quitar y poner, una camisa blanca con rayas azules claritas, y por último unos pantalones azules como el chaleco, en este caso y en el de la camisa no se podían quitar. Ya solo me queda uno por describir. Este oso es blanco con el pelo como el del oso naranja, las orejas, nariz y sus patas son de color rojo, y tiene unos grandes ojos negros.
Me ha contado mi madre que a mí sobre todo me gustaba jugar con los niños en el parque, en la arena y el barro, aunque también me tocó jugar algunos ratos sola, pero pronto nació mi hermano y siempre jugaba con él. Aparte de todos estos peluches a mi me encantaba jugar con las barbies y los nenucos. En la nave de mi casa tenía una habitación en la que con mis amigas jugaba mucho tiempo, también nos íbamos a jugar a una nave de Coral, cuantas horas habremos pasado en esa nave. Siempre lo estábamos colocando todo, casi nunca llegaba a estar bien colocada porque nos poníamos a jugar y otra vez el desorden. En esa nave tengo miles de recuerdos y todos son bonitos, siempre nos estábamos riendo sin preocuparnos por nada. En esa nave teníamos desde muñecas casi tan altas como nosotras hasta muñecas muy pequeñas, “los pinipon”. Y ahora ya en la nave todos los muñecos están guardados en cajas y nada es igual, me da un poco de pena, pero la vida sigue y ahora me divierte mucho más pasar la tarde con mis amigas hablando y salir de fiesta.
domingo, 24 de enero de 2010
Aún conservo mis juguetes
En frente de mi casa, sigue estando la fuente y el garaje con todos mis juguetes dentro.
La muñecas
No he tenido nunca ninguna muñeca preferida, pero me acuerdo especialmente de una, tenía la piel suave y blandita, como la de un bebé, llaraba cuando la dabas palmaditas en la espalda, y se dormía cuando la acunabas. Esta muñeca no tenía un nombre fijo, quiero decir que su nombre cambiaba según el día y el estado de animo que tuviese en ese momento, había veces que ni siquiera tenía nombre. Pero por lo que recuerdo a esta muñeca en especial es porque una vez se me callo por las escaleras y al ir a recogerla descubrí que increíblemente le había salido un chichón en la frente. Es extraño, lo sé, pero más me impresionó a mí cuando la vi, yo no sabía que a las muñecas también les podían salir chichones, de hecho todavía le tiene.
Cuando tenía tres años mi hermana jugaba conmigo a las muñecas, y las compartía con ella, la verdad es que no recuerdo mucho de esto, solo me acuerdo de una vez que estábamos jugando a los médicos con un muñeco, y algunas veces me tocaba a mí hacer de muñeco. Pero mi hermana se cansó de esto al poco tiempo, así que todas sus muñecas pasaron a ser para mí. Como un muñeco que tenía, que se llamaba Cocolín Popo, aquel muñeco nunca me gustó.
También recuerdo que tenía barbis y varías casitas para estas, pero lo que más me gustaba era montar casitas para ellas, cogía algunos trapos que hacían suelo y algunas cajas que hacían de camas o de mesas, y en poco tiempo ya me había montado una casita improvisada para las muñecas. Lo malo de las barbis es que siempre jugaba sola y me aburría, mi hermana ya era muy mayor para jugar conmigo y me tenía que inventar yo solita las historias que a menudo parecían telenovelas. Supongo que como todas las barbis que tenía eran chicas las cortaba el pelo para que fuesen chicos, y así la historia tenía más o menos sentido.
Mis juguetes preferidos.
Yo nunca he sido un niño de jugar solo, mas bien jugaba siempre acompañado con mis amigos en sus casas, en la mía, en la zona común de la urbanización... Nos pasábamos todo el día jugando al fútbol y en verano lo alternábamos con la piscina. Un año me dio por jugar a los playmobil y a las canicas junto con mis amigos. No me gustaba jugar solo y tampoco estar viendo la televisión.
sábado, 23 de enero de 2010
ILUSIONES PASADOS
Cabalgar sobre él era una sensación maravillosa. Parecía escapar de entra aquellas cuatro paredes de mi cuarto. Los segundos parecían horas, parecían días, parecían meses.Cada vez que me subía en él vivía una nueva aventura, mi mente me transportaba a lugares remotos. Quizás hoy estuviese en la montaña, y mañana, sin más, en una cueva oculta. Pero lo que nunca olvidaré de él es que siempre estuvo a mi lado. Era más que un juguete, más que una diversión, era uno de esos amigos que siempre te serán fiel. Siempre que quería ir a cualquier sitio él estaba aquí. Pero quizás lo más sorprendente es que nunca llegué a ponerle nombre, siempre será "a cabayiito". Él nunca me abandonó, fui yo. Yo le cambié por mis zapatillas de ballet. Llegó un momento en el que esa chispa se apagó. Le miraba a los ojos y no me transmitía nada. Sólo veía lo evidente, aquellos ojos de cristal viejos y la boca deshilachada.Día tras día el se sentía más fatigado cuando montaba sobre él. El lazo de acero que nos unía poco a poco fue convirtiéndose en seda, cada vez más delicado y frágil. Ya no merecía la pena seguir con aquello.
Otro de mis grandes amigos fue Uva. Le conocí en el antiguo Pricra en Madrid. En aquellas fascinantes excursiones que tan eternas se me hacían. Recuerdo perfectamente que cogí de mi casita de los juguetes varios de éstos para entretenerme en el viaje. Al entrar en el área comercial todo me parecía gigantesco , me asustaba, pero al final del pasillo, estaba él, mirándome con cara de pena intentando convencerme de que fuese su amigo. Le cogí enseguida, pero mi madre no estaba muy convencida. Me dejó coger un carrito de bebé y lo paseé por toda la tienda. Para mí era como haber descubierto a aquel "juguete" que en tu vida olvidarás. Aún no entiendo cómo convencí a mi madre pero conseguí traérmelo a casa.
Uva nunca fue un burrito alegre. Aún así, a mi me parecía la persona con la que podría compartir mis secretos y preocupaciones. Él me transmitía seguridad. Hubo una época en la que no lo pasé bien en el colegio, y fue él, el que me ayudó a salir de aquella profunda tristeza.
Uva todavía sigue en un de mis estanterías, pero es cómo si hubiese muerto. Físicamente sigue ahí, pero lo que hace realmente un gran amigo, a un simple juguete, se ha esfumado, no ha dejado rastro. De vez en cuando le miro y recuerdo todo lo que pasamos juntos, pero una tristeza me invade por momentos. Fui yo la culpable de que muriese. Cuándo mi inocencia desapareció, su alma se fue junto a ésta.
viernes, 22 de enero de 2010
Navidad
Y bueno, estas son mis Navidades, no son nada especiales pero aún así me gustan.
jueves, 21 de enero de 2010
En vez de contaros mis tradiciones navideñas, he decidido contaros algunas de las tradiciones más interesantes del mundo:
En Noruega esconden todas las escobas y trapeadores en la víspera de navidad porque era tradicionalmente creído que las brujas y otros espíritus voladores malignos salían en medio de la noche para volar alrededor de su casa.
Dos semanas antes de navidad, los niños se acercan silenciosamente a su mama y le atan los pies gritando “Día de la madre, día de la madre, que darás para que te dejemos libre?” (En Yugoslavo rima) Sorprendentemente ella les da regalos! A la semana siguiente los niños realizan este mismo truco sobre su padre y más regalos.
En Portugal, la comilona llamada “Consoda” es llevada a cabo la mañana de navidad. Lugares extra son colocados en la mesa para las almas de los muertos a los que se les ofrece comida con la esperanza de que esto traiga la suerte de regreso a la familia durante el año que viene.
Los italianos decidieron dejar atrás la oportunidad de usar un árbol de navidad y optaron mejor por unas pequeñas pirámides de madera las cuales ellos decoran con frutas.
En Caracas las calles son bloqueadas en la víspera de navidad para que las personas pueden montar en sus patines hasta la iglesia.
Es considerado buena suerte encontrar una telaraña en su árbol de navidad la mañana de navidad así que se ha vuelto una tradición Ucraniana colocar telarañas artificiales en los arboles como parte de la decoración.
Las tarjetas rojas de navidad tal vez sean populares en el mundo pero en Japón serían consideradas de muy mal gusto. Por qué? Porque ellos envían sus notas fúnebres en tarjetas rojas.
Diciembre se supone que es un tiempo de gozo para entrar en el espíritu navideño y pasar tiempo con la familia. En partes de Austria, Babaría y Suiza, el último mes del año es también un tiempo especial para que los niños sean asustados! Tradicionalmente, los jóvenes se disfrazan de Krampus, una creatura demoniaca equipada con campanas y palos, los cuales están acompañados usualmente por el Nikolaus (una especie de Santa Claus) y vagan las calles para asustar los niños y adultos. Esto se llamado un Krampuslauf.
Kiviak es un plato navideño de Groenlandia el cual por alguna extraña razón, no ha sido adoptado por otras naciones. Es hecho usando la carne cruda del alca (un ave de caza acuática) la cual ha sido enterrada bajo una piedra enrollada en piel de foca por varios meses hasta que ha alcanzado un avanzado estado de descomposición. Apa rentemente, huele como un queso azul viejo su sabor es muy cortante.
En este país las personas ponen a volar globos por los aires durante la noche de navidad como expresión de gozo y alegría por esta fecha tan especial. Lastimosamente estos globos causaban muchos daños cuando caían sobre las casas de otras personas y las incendian .
lunes, 18 de enero de 2010
LAS TRADICIONES CAMBIAN ^^
domingo, 17 de enero de 2010
Mis recuerdos de Navidad
- ¡Los regalos!- pensaba mientras me levantaba de la cama de un salto.
Íbamos corriendo al salón y allí estaban: paquetes envueltos en papeles de colores intensos, vivos y brillantes. Todos colocados bajo el árbol de navidad, junto al belén. Esperábamos inquietamente a que vinieran nuestros padres y abuelos y, por fin, empezábamos a desenvolverlos. Yo siempre tenía cuidado con el envoltorio, era tan bonito que me daba pena romperlo; intentaba quitar el celo poco a poco para no estropearlo. Tardaba mucho en abrir cada regalo y esto aumentaba, aun más, mi inquietud. Una vez abiertos y, tras habérselos enseñado a mi familia, llegaba el turno de desayunar. Magdalenas, tortas, galletas, turrones, mazapanes… había de todo; lástima que yo nunca tenga demasiado apetito por la mañana. Después de desayunar lo único que queríamos mi hermano y yo era volver al salón para empezar a disfrutar de los nuevos juguetes que estaban descolocados sobre la alfombra. Así año tras otro fueron discurriendo las Navidades y Nochebuenas. Este año todo ha sido diferente… mi abuela ya no estaba con nosotros para preparar la cena o hacernos fotos, ni para alegrarnos con su compañía. Cuando eres pequeño crees que todo es para siempre, que las personas a las que quieres jamás se van a ir de tu lado, que nada se va a acabar. Sabes que la vida tiene un fin, que todo el mundo se muere, porque te lo han contado desde donde te alcanza la memoria, pero en realidad esas cosas no te las planteas. Ahora entiendo lo que me quería decir mi abuela. A veces, cuando la echo de menos, sigo su consejo y me pongo a mirar los álbumes de fotos; pero, tan solo, para recordar anécdotas del pasado, porque a ella jamás podría olvidarla.
las Navidades
El día que termina el instituto mi hermana y yo nos vamos a Mombeltrán, el pueblo de mi madre, donde pasamos la mitad de las vacaciones y cenamos en Nochebuena. El día que llegamos vamos a ver la obra de teatro que hacen los niños del colegio, donde actúa mi primo. El día de Nochebuena ceno con mis primos, mis tíos y mi abuela, de parte de mi madre y con mi abuelo de parte de mi padre. Este día por la mañana la casa de mi abuela se llena de gente para preparar la cena porque cenamos allí. Por la noche nos juntamos todos y cenamos lo mismo que todos los años. Como también vemos todos los años el discurso del rey. Después de cenar, mis primos salen al balcón a recoger los regalos que los ha dejado Papá Noel. Pero siempre les tengo que acompañar, porque les da miedo. Después mi hermana y yo jugamos con mis primos mientras que mis tíos van a la Misa del Gallo. El día de Navidad nos volvemos a juntar todos para comer. Solemos comer escudilla, un plato típico catalán, que prepara mi tía. Después del día de Navidad mis padres, mi hermana y yo nos quedamos unos días más en Mombeltrán. Luego volvemos a Villarejo donde cenamos el día de Nochevieja. Mi abuela también se viene con nosotros a Villarejo. El día de Nochevieja cenamos en mi casa con mi abuelo, mis tíos y mis primos, de parte de padre y con mi abuela de parte de madre. Normalmente solemos cenar lo mismo que en Nochebuena, pero esta vez hay algunos platos más. A la hora de cenar normalmente nos colocamos en la mesa, los padres a un lado y nosotros al otro. Para cenar tenemos la costumbre de llevar puesto algo rojo. Después de cenar mi madre saca las uvas para ir preparándolas. Mis primos y yo las pelamos y las quitamos las pipas, para no atragantarnos. A las doce de la noche ponemos el canal 1 donde vemos las uvas. Después de tomárnoslas nos felicitamos el año entre toda la familia brindando con champagne. Al día siguiente nos volvemos a juntar para comer todos juntos.
En definitiva las Navidades las suelo pasar con mi familia.
Dulce Navidad
Mis Navidades
Llevaba ya muchos días esperando las vacaciones de Navidad. Por fin nos las dieron, esa tarde dejamos la mochila en la habitación y nos fuimos mis amigas y yo a pasar la tarde divirtiéndonos por mi pueblo. Llegó el día 23 y nos fuimos a la casa de mi amiga y vimos un programa de televisión en el que fuimos a principios de mes, en el que concursaba Iván, uno de mi clase, el programa se llama Password. Nos reímos un montón porque en varias ocasiones se me vio, al estar de público en la primera fila. Llegaron mis amigas de Madrid para pasar las Navidades en el pueblo. El día 24 por la mañana mi padre fue a por un poquito de musgo, cogí la caja con el árbol de navidad y el portal de belén, y me puse a abrir las cajas que estaban demasiado forradas de celo marrón. El árbol es pequeñito y puse las bolitas y estrellas, lo puse en el pasillo. El portal de belén lo hice en el salón en frente de la mesa donde se cenaría por la noche. Puse el musgo con su río de papel de aluminio, unas cuantas piedras y todas las figuras encima. Por la tarde ayudé a mi madre a poner la mesa, colocar el mantel y todos los vasos y platos. Cuando ya llegaron las 9 llegué a casa y mi abuela y mi madre ya tenían hecha la cena. Ese día cenamos poquitos en mi casa, mi padre, mi madre, mi hermano, mi abuela y mi tío abuelo. Como todos los años de primer plato hay sopa de pescado, que a mi abuela la sale muy rico y eso que a mí el pescado no me gusta mucho. Por la noche salí con mis amigos que nos lo pasamos genial, cada año la Nochebuena es mejor. Llegó el día 31 y como todos años cenamos en casa de mi otra abuela. Este día cenamos algunos más, 15 personas, mis primos, tíos y abuelos. Cenamos a las 9 y media, nos reímos mucho en la cena, y nos lo pasamos muy bien. Como siempre después de la cena mi hermano y mi primo, Javi, que somos los tres más o menos de la misma edad, nos subimos al piso de arriba y vemos en la tele lo que nos gusta y empezamos a escribir los mensajes en el móvil para felicitar a los amigos que esa noche no los vamos a ver. Yo soy siempre la que prepara las uvas, a mí por supuesto que me pongo las más pequeñas, que ni tienen pipitas. Todos nos volvemos a sentar en la mesa y siempre algo nerviosos esperamos a que sean las doce. Siempre vemos las campanadas por el canal 1, casi nadie se las come a tiempo; o antes, o después o se dejan alguna, yo y mi tío somos los que nos comemos las 12 uvas cuando se tiene que comer. Pero todos no comen uvas, porque Javi se parte trocitos de mandarina, y el primo más grande y el más pequeño trocitos de manzana, los demás uvas. Después mis padres, mi hermano y yo vamos a felicitar al resto de familia que no hemos podido cenar con ella. Por la noche salí con los amigos y este día como especial no tiene hora. El día 1 como todos años comemos en casa de mi abuela, como en Nochebuena, aunque tenemos poco hambre al levantarnos tarde. El día 5, la Cabalgata, nos disfrazamos, cuando éramos pequeñas de angelitos pero ahora que somos ya más grandes de egipcias o moras, este año ha tocado moras. Nos lo pasamos genial vistiéndonos y pintándonos. Por la noche también salimos. Y llegó el día de Reyes que todos los niños esperan con ilusión, aunque ahora yo ya no tanto porque a veces te toca comprar a ti los regalos. Pero bueno ilusión siempre te hace tener cosas nuevas. Cuando éramos pequeños mi padre sacaba la cámara y nos grababa medio dormidos que íbamos buscando los regalos por toda la casa, que ya sabíamos más o menos por donde se encontraban siempre. Sin embargo ya hace unos años que nos los dejan en el salón y no es lo mismo que antes. Y este día comemos en casa de mis abuelos, como en Nochevieja, pero esta vez no somos tantos sino solo mis abuelos, mis padres y mi hermano. Ya quedan pocos días para que vuelva la rutina de cada día de levantarse pronto para ir al instituto, pero ya estamos esperando las fiestas de mi pueblo que son el 4 de febrero.
Mis Navidades
sábado, 16 de enero de 2010
Noche Buena
Ese día mi madre prepara unos pasteles de chocolate con nueces que a todo el mundo le encantan, primero los sirve en casa con los invitados que llegan por la tarde para felicitar a mi hermana, luego se lleva el resto a casa de abuelo para que él también los pueda probar. Aparte de preparar estos pastelitos, mi madre compra turrones en el artesano ya que tenemos una vecina que trabaja allí, también compra otros dulces en la pastelería que hay al lado de la iglesia, cuando era más pequeña solía acompañarla y le ayudaba a decidir que dulces elegir, pero ya no tengo esa costumbre.
A eso de las ocho, más o menos cuando se van todos los invitados, nos preparamos para ir a casa del abuelo, donde cenamos con la familia de mi madre.
Esa noche cada plato lleva su turno correspondiente; de primero mi tía sirve algunos entrantes, como jamón serrano, queso y algunos canapés, y nos los comemos mientras esperamos a que lleguen todos, y cuando ya han llegado nos sentamos en la mesa y se sirve el segundo plato, una sopa de pescado que hace mi madre, pero como a mí no me gusta no me la como. El tercer plato nunca puede fallar en una cena de navidad con mi familia, ya que sin langostinos las cenas de navidad no serían lo mismo. El cuarto plato es cabrito, mi tía que es muy detallista en cuanto a la presentación de los platos, lo suele acompañar con una ensalada de escarola con granadas, es la única vez al año que comemos escarola, pero ya se ha convertido en un ritual de todos los años.
Por último se sirve la fruta cortada en rodajas y colocada en perfecto orden sobre el plato. La fruta suele ser tropical, el porque no lo sé, pero a mi tía le gusta comprar mango, papaya, chirimoya y aguacate, esto le da un aire distinto a la Noche Buena, pero a mí me gusta.
Después del banquete llega el turno de los postres, pero todos estamos tan empachados que ya no nos entra nada más, en resumen que los postres y los dulces tienen poco éxito. Luego, cuando terminamos de comer están todos un rato hablando, hasta que ya alguien dice que ya es tarde y que se va, después los demás le imitan y cada uno se va hiendo a su casa.
Así son las Noche Buenas con mi familia, bastante normales.
jueves, 14 de enero de 2010
La Navidad en mi casa
La Navidad es la fecha del año que mas me gusta, estamos con la familia, jugamos juntos a juegos de mesa, estamos de vacaciones…
Mi familia y yo nos turnamos cada año en varias fechas, yendo unas veces a casa de mis abuelos maternos que viven en Candeleda y otras veces a casa de mis abuelos paternos que viven en Arenas de San Pedro.
Casi siempre vamos en Nochevieja y Año Nuevo a Arenas de San Pedro y en Nochebuena y Navidad nos quedamos en Candeleda, porque en Candeleda somos más familia y es la única fecha en la que nos reunimos todos.
Los días de las vacaciones de Navidad son muy divertidos, hay tiempo para todo.
El día de Nochebuena cenamos en la casa de mis abuelos.Este año fuimos mas tarde porque mi hermana se puso enferma , cuando llegamos vimos a nuestros tíos, a mi bisabuelo y abuelos, (mi familia tanto materna como paterna no es muy numerosa), me encanta la parte en la que nos sentamos a cenar todos juntos, el brindis, los dulces…
El año pasado, paso una cosa muy graciosa. Mi hermana tenia 8 años, es una niña a la que no la gusta casi nada de comer.
El día de Nochebuena nos pusimos a comer, mi abuelo tenia unas copitas de mas y cuando mi hermana tenia abierta la boca porque se estaba riendo le metió la paletilla de cordero en la boca, dio la casualidad que yo estaba grabando con la cámara de vídeo y lo grabe todo, a partir de ese momentos todos los años sale este tema en la mesa y la cara de susto que tenia mi hermana.
En Nochebuena, después de cenar, y comer los dulces mi abuelo empieza a cantar villancicos candeledanos acompañado por mi bisabuelo y mi abuela, todos los años los cantan pero tienen una gran variedad que cuando terminan las navidades ya no me acuerdo de ninguno.
Después mi abuelo y su cuñado se van a la Misa del Gallo.
El día de Navidad también es muy especial, mi hermana no duerme por la noche debido a la “visita” de Papa Noel, mis tías en vez de hacernos regalos para los Reyes Magos nos los hacen para Papa Noel porque en el 6 de enero no las vemos. Este día también comemos en casa de mis abuelos. Este año en la noche de Navidad nos los pasamos muy bien, estuvimos jugando al juego de mesa de Password, dividimos la familia en parejas y estuvimos jugando hasta las 2 de la mañana.
El día de Nochevieja fuimos a la casa de mis abuelos de Arenas de San Pedro, estuvimos jugando y cenamos, fue muy divertido, vimos un programa de antena tres “canta si puedes” y nos reímos viendo el programa de los humoristas de TVE.
Llegaban las 12 campanadas, fue un caos, mi abuela no se entero y empezó a comerse las uvas a la 5ª campanada, pero al final fue la primera en terminar, porque no iba al son de las campanadas.
Mi hermana mientras tanto haciendo fotos, porque ella no come uvas y yo con el teléfono en la mano para enviar los mensajes de feliz año nuevo a los amigos antes de que se saturasen las líneas.
Todo el mundo se abrazaba y besaba y no dábamos a bastos con las llamadas del resto de la familia. Estuvimos hasta las 2 en arenas y después continuamos la fiesta en Candeleda.
Las Navidades en mi familia son muy parecidas todos los años, pero muy divertidas y alegres.
miércoles, 13 de enero de 2010
En navidad...
lunes, 11 de enero de 2010
EL AÑO QUE VIENE TODO SERÁ IGUAL
Normalmente en nochebuena vamos a Salamanca. Allí me reuno con mis siete primos y mis muchísimos tíos. La verdad es que la cena no es muy ostentosa. Normalmente mi tía Bea trae una gran variedad de quesos y panecillos para untar. Como plato principal está el famoso cordero con patatas de mi abuela, que en realidad se debería llamar patatas con alguna tajada de cordero, porque por cada chuleta, hay dos patatas enteras fritas. No es que seamos pobres, es que las patatas dejan mucho que desear al cordero. Tras la cena sacamos los turrones, y mi goloso tío Agus, se infla a dulces, acabando la noche con un buen dolor de estómago. Para finalizar, mis tíos, y éste año yo también, ponemos los regalos en la puerta, y mi tía Ana, simula la risa de Papá Noél, que basta con decir que mis primos pequeños terminan llorando de lo mal que lo hace.
Otra de las típicas tradiciones de mi familia, es la mítica salida a patinar sobre hielo a Madrid y el día de compras.Carmen, que se cree que es una patinadora profesional, empieza ha realizar florituras, y cómo siempre, termina en el suelo empapada. Todos los años vamos de compras, sin embargo, éste yo no he ido con ellos. Me fui a Madrid con mi profe de baile y algunas compañeras a Madrid a comprar ropa de baile, y me da que éste año mis padres ya no me llevan de rebajas porque me gasté el dinero correspondiente allí. ¡Es lo malo de estar loca por la ropa de baile!.
Para finalizar, está el día de los Reyes Magos. Los regalos suelen ser muy buenos, sin embargo yo siempre acabo llorando. No se porqué, pero siempre salgo en las grabaciones con un berrinche de tres pares de narices.