A, 30 de abril: Caballo de los sueños.
B, 7 de mayo: La noche del soldado.
A, 14 de mayo: La calle destruida.
B, 21 de mayo:
Melancolía en las familias.
A, 28 de mayo: -Son cosas que pasan el día antes.
-¿El día antes de qué?
-El día antes de la felicidad.
B, 4 de junio: -Son cosas que pasan el día antes.
-¿El día antes de qué?
-El día antes de la felicidad.

domingo, 20 de diciembre de 2009

Cambio en nuestras vidas

Hacía poco tiempo que vivíamos en este pueblo de Granada, para mí era una experiencia nueva. Yo tenía 9 años y siempre había vivido en grandes ciudades. Estaba acostumbrada a madrugar mucho, debido a que mis padres trabajaban. A las 7 de la mañanaza tenía que estar preparada, para que me dejaran en una guardería. Ahora que había crecido era en un colegio privado en el que me dejaban, y después, a las 8 de la noche me recogían, por lo que yo a mis padres casi no los veía. En Urisa, así se llamaba el pueblo, mi vida dio un giro completo. No tenía que madrugar para ir al colegio, mis padres estaban conmigo a las horas de las comidas e incluso algunos días tenían tiempo para pasear conmigo. Muy pronto tuvimos amigos, podíamos hacer planes juntos y realizarlos, una cosa que para mí siempre había sido muy difícil conseguir, por el trabajo de mis padre.
Tito era el clásico cotilla del pueblo, se enteraba de todo y más tarde contaba las cosas que había visto o escuchado a su manera inventándoselas cuando quería. También tenía fama de guardarse lo que le parecía. Cuando nosotros llegamos al pueblo fue la primera persona que conocimos y en poco tiempo se metió en nuestras vidas. Era como si todo lo que nosotros queríamos hacer él lo acaparaba y se presentaba como algo prescindible. Mi padre se dio cuenta y puso sobre aviso a mi madre, pero ella lo ignoró y le dijo:
-a las personas siempre hay que darles una segunda oportunidad, no juzgarlos por lo que la gente diga de ellos.
De estas palabras pronto tuvo que arrepentirse. Cierto día mis padres planearon subir a la montaña, pasando todo el día allí. Mi madre era aficionada a coger plantas, con las que luego hacía bálsamos y cremas que eran medicinales. Nosotros en casa nunca teníamos ninguna clase de medicinas que no fueran estas que ella fabricaba. Este día era un 23 de Junio, cogimos nuestras cosas y nos pusimos de camino. Por no perder la costumbre nos acompañaba Tito, que no me explico de que manera se nos coló. Cuando ya habíamos ascendido bastante por la montaña, nos encontramos con un paisaje precioso: había un río, una casita de campo… pero lo más maravilloso de todo era que podías ver todos los pueblos de la comarca. Yo me puse a correr de un lado a otro, no me dí cuenta de la gran piedra que había en el medio del camino y me caí. Mis padres se asustaron, mi madre gritando llamó a Tito:
- Alcánzame la bolsa, haz el favor, que tengo ahí la crema.
-Yo te la busco -dijo él.-No; no me curiosees -lo cogía por un brazo-. Dame esa bolsa, Tito.-Me divierte fisgar. ¿Tienes secretos, Luci?
-No es momento de juegos, dámela rápido que la necesito.
Luci mi madre, abrió la bolsa rápidamente y me dio la crema por la pierna que yo no podía mover. La nariz me sangraba, yo lloraba sin parar, y poco a poco todos nos fuimos tranquilizando. Así dimos por terminada la excursión. Con todo este jaleo, ninguno nos dimos cuenta de lo que hizo Tito. A la semana siguiente, mi padre fue a por dinero al banco y entonces descubrimos que no teníamos nada de dinero. Tito había cogido la tarjeta del bolso de mi madre cuando fuimos a la montaña y se había llevado todos nuestros ahorros.
Así fue como descubrimos la auténtica personalidad de Tito y porqué la gente del pueblo le daba de lado.