A, 30 de abril: Caballo de los sueños.
B, 7 de mayo: La noche del soldado.
A, 14 de mayo: La calle destruida.
B, 21 de mayo:
Melancolía en las familias.
A, 28 de mayo: -Son cosas que pasan el día antes.
-¿El día antes de qué?
-El día antes de la felicidad.
B, 4 de junio: -Son cosas que pasan el día antes.
-¿El día antes de qué?
-El día antes de la felicidad.

viernes, 18 de septiembre de 2009

El paraíso encontrado



Después del baño nos tendíamos sobre la hierba y atrapábamos alguna “mantis religiosa” y otros bichos. Luego se levantaba un viento dulce y nos recorría un delicioso escalofrío.
La primavera acababa en una semana, el verano ya estaba a la vuelta de la esquina, pero nosotras ya habíamos comenzado a ir al charco secreto, escondido entre los árboles, que habiamos descurbierto el año anterior.

Era lunes, las 8 de la mañana, si mal no recuerdo, cuando llamé a mis amigas para ir a la piscina municipal .Todas se apuntaron rápido y no tardé media hora en vestirme e irme rápidamente hasta la plazoleta de los Castaños.
Allí me esperaban Rebeca y Sandra, las más puntuales de todo el grupo.Poco a poco fueron llegando las demás, aunque tuvimos que esperar 35 minutos hasta que nos reunimos todas.
A las 10 llegamos a la piscina. Rebeca se acercó a la caseta donde se encontraba la mujer que canjeaba los bonos , cuando nos llamó con un enorme grito.-¡Chicas, no os lo podéis creer, han cerrado la piscina durante una semana por reparaciones!-Salimos todas escopeteadas para comprobar que era verdad, y sí, por desgracia, no era una broma como todas creíamos.
Pensamos y pensamos dónde podíamos ir, pero no se nos ocurría lugar alguno.
Marta comentó la posibilidad de ir al cine, pero a esas horas, además de que era demasiado pronto, no nos apetecía ver ninguna película.
A Julia se la ocurrió ir por el bosque de los alcornoques, que había a las afueras del pueblo, donde nadie iba por la facilidad de perderse. Pero nosotras no nos rendimos y emprendimos el camino hacia el bosque.
Se nos ocurrió dejar señales en los árboles para poder regresar a casa con mayor facilidad.Sandra tuvo la magnífica idea de prender los pañuelos en las ramas.
Caminamos durante veinte minutos, en una misma dirección, en ese mismo momento vimos un resplandor, ¡sí! un resplandor cercano a nosotras que sería…
Corrimos lo más rápido que pudimos y nuestra gran sorpresa fue ver un charco de agua cristalina, rodeado de roca, árboles y hierba. Era precioso. Ya sabíamos el lugar donde íbamos a poder bañarnos con más tranquilidad que en cualquier otro sitio.Podías verte los pies sin ninguna dificultad.
Desde aquel día no nos volvimos a plantear ir a la piscina. Éramos felices allí, sin ruidos, sin molestias y además en plena naturaleza.
El charco fue nuestro secreto mejor guardado.
¿Cómo se llamaría? ¿ Sabría alguien que en medio del bosque hay un hermoso charco?
No lo sabemos, por ese motivo lo comenzamos a llamar el charco secreto.

3 comentarios:

Kristian González dijo...

pues ya el charco no es secreto

lidia dijo...

Hola Kristian;
Según la RAE (Real Academia Española)se define la palabra secreto como: "Cosa que cuidadosamente se tiene reservada y oculta". Mi historia deja ver que la gente del lugar no conoce este charco por lo que las amigas tienen "cuidadosamente reservada y oculta" su existencia.

José A. Sáinz dijo...

Corrige un par de acentos: habiamos, donde. El resto bien, pero parece un poco sin acabar. En un lugar tan secreto debería pasar algo especial.