Era el 30 de abril de 1945 . La situación geográfica, Berlín, en una pequeña callejuela al lado de Herderstra. Ahí se escondía una familia alemana de 3 hijos. Oían los disparos en la lejanía mientras permanecían en silencio. Cada bombazo que se oía, se miraban los unos a otros para solo descubrir rostros angustiados y melancólicos, que de optimistas poco tenían. El padre había muerto en Rusia, y ellos sabían que muy probablemente ellos correrían la misma suerte. Pasaban las horas y los disparos se acercaban. Pasado un rato, un gran estruendo que hizo temblar los cimientos de la casa; una bomba azotó las proximidades del escondite improvisado de la familia; en lo que se oía a un hombre gritar: "es inútil, el fïürer se ha suicidado y no quedan soldados, que dios no salve, retiraros hermanos que no hay nada que ganar". se oyó un tiro (probablemente alemán) y se silenció. Finalmente después de 5 días, los rusos detuvieron los bombardeos y el pueblo alemán se rindió.
Al enterarse de esto la familia salió de casa y lo por lo que contempló, prefirió haber muerto en una de las explosiones; nada mas salir, en su portal, yacían varios cuerpos de unos pobres niños con uniforme del ejercito nazi. Y al alzar la vista lo único que se veían cadáveres de amigos y vecinos, casas destruidas y fuegos todavía vivos. Esa ya no era su calle, era una calle destruida.
1 comentario:
No representas adecuadamente el grito del hombre (comillas, signos de exclamación) y la puntuación es a veces poco correcta; pero, por extraño que parezca, esos defectos le dan al texto cierta intensidad dramática...
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