A, 30 de abril: Caballo de los sueños.
B, 7 de mayo: La noche del soldado.
A, 14 de mayo: La calle destruida.
B, 21 de mayo:
Melancolía en las familias.
A, 28 de mayo: -Son cosas que pasan el día antes.
-¿El día antes de qué?
-El día antes de la felicidad.
B, 4 de junio: -Son cosas que pasan el día antes.
-¿El día antes de qué?
-El día antes de la felicidad.

lunes, 31 de mayo de 2010

La mejor noticia

Íbamos a arreglar la casa vieja del campo. Llevábamos bastante tiempo pensando en arreglarla pero al fin nos decidimos. Mi padre y mi hermano estaban reconsruyendo el tejado y mi madre y yo les llevábamos los materiales necesarios. Estaba bastante alto pero no les dio ningún miedo subirse. Mi madre se enfadó un poco porque subían y bajaban de las escaleras sin ninguna preocupación. Les repetía todo el tiempo que tuvieran cuidado, hasta que se cansó de que no le hiciesen caso. Ya casi habían terminado el tejado e iban a bajar a comer algo. Primero bajó mi padre, y mi madre no dejaba de decirle que tuviera cuidado, que se iba a caer. Cuando ya estaba en el suelo se rió de mi madre diciéndole "¿ves como no ha pasado nada?", pero mi madre seguía preocupada porque ahora tenía que bajar mi hermano. Mi padre y yo nos estábamos comiendo ya el bocadillo cuando oímos a mi madre chillar. Fuimos corriendo a ver lo que pasaba y vimos a mi hermano en el suelo y a mi madre llorando diciendo "se ha caído, se ha caído...". Nos quedamos todos un momento sin reaccionar y luego corrimos hacia mi hermano. No había perdido el conocimiento pero nos dijo que no se podía mover. Le llevamos rápidamente al hospital y después de una larga espera, nos dijeron que se había dañado la columna y que había perdido la movilidad en las piernas. Cuando entramos a verle estaba llorando, bueno, todos estábamos llorando y no nos podíamos creer lo que había pasado. Las semanas siguientes fueron las peores de mi vida y me imagino que las de mi hermano también. No le podía ver sentado en una silla de ruedas todo el día, sin jugar al fútbol, sin ir a la piscina. sin salir corriendo detrás de mí para tirarme al suelo y estar dos horas riéndonos. Me encantaba cuando hacía eso. Es verdad que todos los días nos peleábamos pero también es verdad que siempre acabábamos riéndonos. Yo me quedé todos los días en casa con él para que no se sintiera tan mal pero sabía que no era feliz. Íbamos bastantes veces a revisión, aunque ya sabíamos lo que nos iba a decir, pero mi hermano tenía la esperanza de que un día el médico le dijera "ya vas a poder andar". Todos sabíamos que el médico no iba a decir eso, incluso mi hermano, pero la esperanza es lo último que se pierde. Entramos todos a la consulta del médico y mientras que mis padres hablaban con él, yo me quedé con mi hermano. Estaba leyendo una revista cuando noté que alguien me dio una patada. Me di la vuelta y mi hermano estaba tan asombrado como yo. ¡Había movido la pierna! El médico vino rápidamente y después de hacer unas cuantas pruebas a mi hermano le dijo:
- Son cosas que pasan el día antes.
- ¿El día antes de qué?
- El día antes de la felicidad. ¡Ya vas a poder andar!
Tanto tiempo esperando esa frase que cuando el médico la pronunció no supimos reaccionar, aunque la sonrisa de mi hermano lo dijo todo.

1 comentario:

José A. Sáinz dijo...

Bien. Resuelto con inteligencia hacia la frase clave.