A, 30 de abril: Caballo de los sueños.
B, 7 de mayo: La noche del soldado.
A, 14 de mayo: La calle destruida.
B, 21 de mayo:
Melancolía en las familias.
A, 28 de mayo: -Son cosas que pasan el día antes.
-¿El día antes de qué?
-El día antes de la felicidad.
B, 4 de junio: -Son cosas que pasan el día antes.
-¿El día antes de qué?
-El día antes de la felicidad.

miércoles, 10 de febrero de 2010

La Florida

El segundo día de clase, vino un profesor nuevo. Al principio parecía normal pero con el paso de los días se fue volviendo raro. No hablaba con nadie, a no ser que fuera necesario. No se reía nunca e iba sin rumbo por los pasillos. La gente se inventaba cosas sobre qué le podía pasar. Unos decían que tenía una enfermedad, otros que era drogadicto y los más exagerados que se había muerto toda su familia. Nadie lo sabía y tampoco nadie se lo iba a preguntar. Hablábamos con los profesores a ver si nos decían algo, pero ellos sabían lo mismo que nosotros. Todos los días, mientras hacíamos los ejercicios, él escribía en un papel. Nosotros nos acercábamos disimuladamente y veíamos que sólo ponía: "casa de La Florida, casa de La Florida..." y así llenaba todo el folio. Un día, en clase, sacamos el tema de las casas para ver si decía algo. El dijo que tenía una, y estuvo repitiendo: "La Florida, La Florida..." cada vez con voz más baja hasta que hubo silencio. Nosotros no nos atrevimos a preguntar más. Después de unas semanas, durante las cuales seguía igual de raro o más, al terminar de explicar dijo: "Me voy, creo que no volveré". Todos nos miramos como si ya nos lo esperáramos pero no dijimos nada. Él tampoco. Fueron las últimas palabras que dijo en público. Ahí acabó todo. Luego, durante algunos años, desapareció, encerrado en su casa de La Florida, y fue como si hubiera muerto. O a lo mejor estaba muerto, no lo sabíamos, aunque un año después recibimos una carta en la que ponía que estaba en su casa de La Florida, La Florida, La Florida... Por el instituto corrían cada vez más rumores sobre él y lo que al principio era una simple historia se fue convirtiendo poco a poco en una leyenda.

1 comentario:

José A. Sáinz dijo...

Me gusta. Creas un misterio apenas con nada. Muy bien. Has conseguido hacer de tu laconismo una virtud.