A, 30 de abril: Caballo de los sueños.
B, 7 de mayo: La noche del soldado.
A, 14 de mayo: La calle destruida.
B, 21 de mayo:
Melancolía en las familias.
A, 28 de mayo: -Son cosas que pasan el día antes.
-¿El día antes de qué?
-El día antes de la felicidad.
B, 4 de junio: -Son cosas que pasan el día antes.
-¿El día antes de qué?
-El día antes de la felicidad.

viernes, 20 de noviembre de 2009

UN DÍA DE MALA SUERTE

La luz del sol me arañó en los ojos. Entraba por las persianas, afilada como hojas de guadaña. Miré con gesto dolorido e incrédulo el despertador. No me atreví a mirar más allá de la persiana, me levanté rápidamente, ¿cómo es posible que halla tantísima luz a las 8 de la mañana?-me pregunté. Cogí las zapatillas con cuidado para no molestar a mis hermanos pequeños que hasta las 9 no se despiertan para ir a la escuela y salí cuidadosamente de mi habitación.
Todo estaba muy silencioso, las persianas subidas hasta arriba, y las puestas abiertas de par en par, pero ¿dónde estaban mis hermanos?, ¿y mis padres?, fui a la cocina y vi que las agujas de reloj marcaban las 9.30. Fui sofocadamente hacia mi habitación, me vestí lo más rápido posible y me peiné por las escaleras. Cómo me había sonado el despertador tan tarde si todos los días suena a las 7:29:30.
Como tenia muy claro el autobús ya no estaba, para ser más exactos salió de la parada a las 8:10, tuve que ir andando hasta el instituto que se encontraba a 2 Km. de mi casa pues vivo en uno piso alejado de la ciudad.
Solo llevaba 2 minutos andando y estaba agotado para colmo empezó a chispear, y a los dos minutos a llover a cantaros, y como hoy no es mi día de suerte se me olvidó coger el paraguas.
A las 10:10 llegué a la puerta del instituto, empapado, me podían escurrir, al entrar me encontré con una compañera que había salido de clase para hacer unas fotocopias y me dijo que no se me ocurriera aparecer hoy por clase porque el profesor estaba muy enfadado por haber faltado a clase en las fechas de sus dos exámenes.
Decidí ir a la biblioteca mientras pasaba esta clase pero estaba cerrada por reparaciones, no era mi día.
Terminé escondiéndome en una clase, allí no corría el riesgo de que ningún profesor me viese y me enviase a clase.
Estaba tranquilo leyendo una revista cuando entró alguien, me quedé pegado a la pared si hacer ningún tipo de movimiento pero una estantería que había a la derecha se cayó y el profesor se enteró. Me mandó al despacho del director y después de la charla con él terminé en mi clase donde me esperaba otra charla. Mis padres se enteraron y ya fueron 3 charlas. Desde luego no fue mi día, y no creo que lo sea durante unos añitos pues mi hermano el pequeñín me empujó contra un cristal y le rompí ¿qué más puede pasar ahora?

1 comentario:

José A. Sáinz dijo...

Correcciones: hoy no es mi día (cambia al pasado), tenia, falta algún punto, alguna errata. Realmente tu historia crea un poco de agobio.