A, 30 de abril: Caballo de los sueños.
B, 7 de mayo: La noche del soldado.
A, 14 de mayo: La calle destruida.
B, 21 de mayo:
Melancolía en las familias.
A, 28 de mayo: -Son cosas que pasan el día antes.
-¿El día antes de qué?
-El día antes de la felicidad.
B, 4 de junio: -Son cosas que pasan el día antes.
-¿El día antes de qué?
-El día antes de la felicidad.

martes, 20 de octubre de 2009

Mi nueva casa:

Era una gran mansión, sólida y graciosa a la vez, rodeada por un jardín silvestre. Se podía entrar sin dificultad alguna no habiendo cerradura ni aldaba en la puerta. Como se puede suponer, estoy hablando de una casa abandonada, pero no se me alcanza la razón definitiva y misteriosa de su abandono. Parecía que en esa casa nunca se hubiese cotado el césped. Parecía una selva por la que ni los monos se adentrarían. Esa casa me interesaba. Llevaba viviendo casi un mes en esa ciudad, pero quería estar alejado del centro urbano y alejarme un poco. Esa casa llevaba un cartel que ponía "se vende", el cartel era blanco ya que el sol se había comido el color amarillo.Quería conseguir esa casa como fuese, pero antes debía contactar con los dueños para tratar el caso. Llamé al número de teléfono que ponía en el cartel y me contestó una mujer. Tenía una voz muy suave y aterciopelada que se parecía a la de una joven. En realidad, tenía 63 años, según me había dicho por teléfono pero por el sonido de su voz no lo parecía. Quedé con ella en una cafetería cercana a la casa para intentar que me vendiese la casa a un buen precio.Era muy maja la mujer, tenía el pelo canoso y rizado. Parecía que estaba interesada en vender la casa, ya que se trajo todos los papeles como si fuésemos a quedar en algo allí mismo.
Yo la dije que estaba muy interesado y que me venía muy bien comprar esa casa, ya que era grande y tenía muy buenas vistas al monte.
Al día siguiente, quedamos en la casa para verla por dentro y así poder opinar sobre ella. La fachada era preciosa y tenía un hall precioso de piedra. Me encantaba.
A los diez minutos de observarla por fuera, nos dispusimos a entrar. Era preciosa. Tenía las paredes de color azul y tenía una entrada gigante. Las escaleras tenían un tono a madera de nogal precioso. Parecía una casa de cuento.
Tenía tres habitaciones, dos baños y una buhardilla bastante grande. Me parecía una casa bastante bonita en la que pensaba vivir por lo menos durante diez o doce años, ya que tenía un trabajo muy bueno, y me gustaba el entorno.
Compré la casa. Me salió bastante barata la casa, ya que tenía muchos años y llevaba muchos años sin venderse ni alquilarse. Espero que esté alegre y feliz en esta mansión, por que pienso quedarme por mucho tiempo. No se lo que me deparará el destino pero creo que si todo me va bien, quizás haga algo aquí como una piscinita o un pequeño garaje.

2 comentarios:

Edu dijo...

Siento haberla hecho tan corta

José A. Sáinz dijo...

Los monos "se adentrarían"; corrige: de el centro, y *que me gustaba el entorno, por que pienso, repites demasiado la palabra "casa". Me gustan los detalles concretos -que la mujer lleve los papeles, que las escaleras sean de nogal...). Creo que deberías intensificar esos aspectos; ese es el camino para los próximos textos.