A, 30 de abril: Caballo de los sueños.
B, 7 de mayo: La noche del soldado.
A, 14 de mayo: La calle destruida.
B, 21 de mayo:
Melancolía en las familias.
A, 28 de mayo: -Son cosas que pasan el día antes.
-¿El día antes de qué?
-El día antes de la felicidad.
B, 4 de junio: -Son cosas que pasan el día antes.
-¿El día antes de qué?
-El día antes de la felicidad.

domingo, 4 de octubre de 2009

Profesor por tres meses


Cuando salimos de la estación, lo primero que vi fueron los montes, con las cúspides nevadas, majestuosas y enormes. Sentí una alegría intensa y desproporcionada.No sabía el porqué. Pero era exactamente un impulso alegre y magnífico. Me fui alejando poco a poco, a la vez que me adentraba en el bosque. Era un camino solitario y por el que sólo se oía el ruido de las hojas al caer.Sentía un frío intenso que me recorría todo el cuerpo, cómo si se tratase de un escalofrío. Estaba sólo y me preguntaba: -¿Cómo estará mi familia?- al tiempo en el que andaba. Acababa de llegar a Sobraderos.Un pueblecito gallego en el que tengo que dar clases de inglés durante este curso. Parece ser que este pueblo tiene muy pocos habitantes, y que sólo daré clase a seis niños de doce, trece y catorce años. Me acerco a mi casa. Un chalet alojado a las afueras del pueblo, donde estoy acompañado solo por el cantar de los pájaros, y el sonido del riachuelo. Me han dicho los propietarios de la vivienda, que la casa es de piedra pulida, intentando simular un aspecto rústico. Esta tiene un majestuoso águila negro en la entrada. Y así era. Veía la casa a lo lejos. Yo iba caminando lentamente para poder observar la belleza del paisaje. Me encontré con que la casa era más grande de lo que yo pensaba. Tenía un ventana al frente espectacular. Desde ella se veía el monte, el bosque y el pueblo. También se podía apreciar al fondo un gran lago, del que no estaba seguro de que fuese un lago, por que si lo mirabas desde otra perspectiva parecía el mar.
Estaba muy cansado y lo que más me apetecía era tumbarme en la cama, relajarme y descansar un poco, antes de empezar a deshacer la maleta. Me levanté dos horas después. Me apetecía dar una vuelta por el pueblo para conocer su entorno y sus alrededores. Al día siguiente tenía clase y también tendría que prepararla para no llegar y decir: -Good morning, - y decirles que hiciesen lo que los diese la gana. Encendí mi portátil y me puse a hacer un esquema, para saber por donde empezar y por donde guiarme. Me fui a dormir tarde y me levanté pronto. Eso era una combinación muy mala, pero al tratarse del primer día, con la emoción, casi ni lo noté. Conocí a mis alumno y a los profesores. Sólo había dos, el tutor que daba todas las asignaturas y el profesor de educación física. Me sentí como en casa. Fueron todos muy amable conmigo. A las doce tenía mi primera clase, con unos alumnos que parecían majos. Entré por la puerta y les saludé. Me presenté y pasé lista. Parecía que su nivel en inglés era muy alto. No me esperaba eso de unos chicos que según decían, no habían salido nunca del pueblo, ni siquiera de vacaciones ya que sus padres no podían salir, porque tiene sus establecimientos y no los pueden "dejar solos".
Había un niño en especial. Se llamaba Álvaro. Éste niño no tenía padres. Vivía con su abuela en una casa en ruinas. No se cómo se podía vivir en esas condiciones. La casa estaba sucísima y desprendía un olor infernal. Esa no era la forma de criar a un niño de doce años. Pensé en poner una denuncia a su abuela, ya que en los últimos días en los que le había estado observando, ella se iba por la noche y le dejaba sólo. No se iba a trabajar, no, se iba por el pueblo a hablar y no le prestaba nada de caso al niño.
Un día lo decidí. La puse una denuncia. Vinieron los de asuntos sociales para llevarse al niño, ya que no podía vivir en esas condiciones de salud. Al día siguiente decidí marcharme, ya que la gente me miraba mal después de "lo que había hecho". Yo no lo entendía. No le trataban bien, pues que se lo llevaran, pero el pueblo no estaba de acuerdo conmigo. Todos querían que me fuese. Pero yo pensé que hice lo correcto. En fin que en esos tres meses que estuve allí se me pasaron volando. Lo único que hecho de menos son los árboles y el los animales. Me gustaría volver para estar allí otra temporada pero me parece que eso va a ser imposible, ya que la gente no está conmigo.

3 comentarios:

José A. Sáinz dijo...

Corrige: cómo si, al tiempo en el que, un majestuoso águila (es un sustantivo femenino, por que si lo mirabas, lo que *los diese la gana, por donde. Empiezas con un ritmo adecuado, pero luego lo acabas demasiado rápido, sin que parezca que realmente hayan pasado tres meses.

Edu dijo...

Si ya lo se. Lo que me pasó es que no tenía tiempo y no se guardaba.

Kristian González dijo...

Edu no pongas excusas