A, 30 de abril: Caballo de los sueños.
B, 7 de mayo: La noche del soldado.
A, 14 de mayo: La calle destruida.
B, 21 de mayo:
Melancolía en las familias.
A, 28 de mayo: -Son cosas que pasan el día antes.
-¿El día antes de qué?
-El día antes de la felicidad.
B, 4 de junio: -Son cosas que pasan el día antes.
-¿El día antes de qué?
-El día antes de la felicidad.

jueves, 25 de marzo de 2010

Esperanzas

Alicia no había tenido una vida fácil. Era la mayor de cuatro hermanos y su infancia había sido muy corta. Su padre, un inmigrante nigeriano hacía dos años que había decidido volver a su país. ,Al principio, sus cartas eran esperanzadoras, más tarde distantes. El alquiler ahogaba a su madre que pasaba interminables horas fregando portales.
Los días pasaban monótonos. En el instituto no era muy brillante pero tenía la ilusión de acabar sus estudios y reunir a toda la familia en aquel país africano que para ella era desconocido.
-No te preocupes ,mamá algún día estaremos juntos y seremos felices.
Su madre contestaba malhumorada, cogía el bolso y volvía a salir a trabajar.Se había vuelto inexpresiva, vieja. Pero a partir de cierta fecha,cuando Alicia decía esto, bajaba la voz y se pasaba los dedos delante de los ojos, como si algo la hubiera deslumbrado.
Empezó a notar que algunas veces su madre tarareaba una canción mientras cocinaba, recogía su pelo en un moño o se ponía un poco de pintalabios barato para salir. Daba betún a los zapatos rozados de tanto uso y cambiaba los vaqueros desgastados por faldas cortas. También notó que encima de la mesita del dormitorio de su madre había alguna carta de su padre aún sin abrir.
No se atrevía a hablar abiertamente con su madre, por lo que un día faltó a clase y la siguió.
Cogieron el metro, cada una en un vagón, después de cuatro paradas vio como su madre sacaba la cabeza de un vagón y llamaba a un hombre que estaba en el andén para que se acercase. Cuando se bajaron, los siguió hasta un parque, ella se escondió y observó.
Desde que su padre se había ido no había visto a su madre reírse con tantas ganas. Alicia se sintió mal, triste, muy triste. Sin duda aquello cambiaba sus planes. Volvió corriendo a casa y esperó a que llegara su madre.
-Quiero hablar con vosotros- dijo después de fregar.-Llevo meses saliendo con otro hombre porque vuestro padre no va a volver.
- Pero habíamos decidido ir a Nigeria para estar con él. Dijo Alicia con timidez.
-No quiero ese tipo de vida para mis hijos. Cuando pueda vuestro padre vendrá a veros. Mientras tanto tenemos derecho a ser felices y Manuel nos va a ayudar.
No fue fácil aceptar la nueva situación familiar, pero todos parecían ser más felices y su padre siempre podría venir a verlos cuando se solucionase la situación de aquel país.

No hay comentarios: