A, 30 de abril: Caballo de los sueños.
B, 7 de mayo: La noche del soldado.
A, 14 de mayo: La calle destruida.
B, 21 de mayo:
Melancolía en las familias.
A, 28 de mayo: -Son cosas que pasan el día antes.
-¿El día antes de qué?
-El día antes de la felicidad.
B, 4 de junio: -Son cosas que pasan el día antes.
-¿El día antes de qué?
-El día antes de la felicidad.

jueves, 25 de marzo de 2010

La carretera

Aquella mañana amaneció gris y lluviosa, el reflejo de las farolas en el asfalto hacía brillar la carretera como una cinta de seda negra.
Como todos los días a esa hora se dirigía, aún soñoliento, al mercado de la ciudad donde tenía una pequeña frutería, tendría que sacar y colocar los productos del almacén; los más frescos en el escaparate, los que ya tenían unos días en las cajas de las ofertas.
Repartía el perejil fresco y los helechos para adornar, preparaba el cambio para la caja y finalmente esperaba que llegara Inés, la dependienta que tenía desde hacia tres meses y que parecía muy espabilada a pesar de sus escasos diecisiete años.
Que chica tan maja, no había llegado un solo día tarde,era una buena empleada, no sabía mucho de ella, solamente que tuvo que dejar los estudios cuando su madre enfermó y dejó el trabajo, tenía dos hermanos más pequeños que seguían estudiando y el padre que estaba en paro. Llevaba en paro toda la vida al parecer solamente se movía del sillón para ir al bar.
El de verdulero no era un trabajo que le apasionara, pero el negocio iba bien a pesar de la crisis, los clientes, después de todo, seguían comprando, hay que comer todos los días.
A veces le gustaba remolonear en la cama después de que sonara el despertador y era entonces cuando luego le entraban las prisas en la carretera. Todos los días lo mismo desde que se embarcara en el negocio y se comprara la furgoneta, nueva, flamante.
Las hileras de los árboles desnudos desfilaban rápidamente a ambos lados, la carretera no era mala, tenía buen asfalto y en las rectas se podía acelerar para adelantar algo de tiempo. Fue al doblar la curva cuando de repente algo de color naranja chillón se le echó encima, no pudo frenar a tiempo y después del impacto chocó contra el quitamiedos. Salió de la furgoneta aturdido y corrió hacia aquel bulto que yacía en el arcén: Inés. Se encontraba tendida en el suelo con la cara ensangrentada, con el cuello partido…
Era invierno, un día lluvioso y frío. Llegó la primavera, el verano, pasaron los meses, los años, él seguía diciendo que fue mala suerte Pero a partir de cierta fecha,cuando decía esto, bajaba la voz y se pasaba los dedos delante de los ojos, como si algo le hubiera deslumbrado.

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