El mejor título del mundo

Pero a partir de cierta fecha,cuando decía esto, bajaba la voz y se pasaba los dedos delante de los ojos, como si algo le hubiera deslumbrado. ya estaba cansado, por mucho que lo repitiera no se le hacía caso. Aún así el seguía argumentando que las redacciones de clase no servían de nada, eran una pérdida de tiempo, y los profesores le contestaban siempre que eran muy útiles, aunque nunca dieran motivos convincentes. Llegado a este punto se encontraba frente al ordenador pensando en que podría escribir para salir del paso. Empezó a escribir un cuento infantil, que le quedo de pena. Luego probo con algo de aventuras pero no le convenció; total que se salió un rato a la calle a ve si se le ocurría alguna idea y se encontró con su profesor de lengua por la calle y le contó lo que le sucedía, y viendo que se había esforzado mucho y lo que pasaba es que el alumno era tonto, decidió meditar sobre el asunto, y llego a la conclusión de que no se debería tener que hacer una redacción obligatoria cada quince días (ya que era un profesor, además de muy inteligente muy enrollado y comprendía de verdad a sus alumnos y sabía lo que era importante de veras para que sus alumnos aprendieran) y desde entonces las redacciones eran voluntarias y la gente le dedicaba más esfuerzo y ganas y además de quedarles mejor las redacciones aprendían más.