A, 30 de abril: Caballo de los sueños.
B, 7 de mayo: La noche del soldado.
A, 14 de mayo: La calle destruida.
B, 21 de mayo:
Melancolía en las familias.
A, 28 de mayo: -Son cosas que pasan el día antes.
-¿El día antes de qué?
-El día antes de la felicidad.
B, 4 de junio: -Son cosas que pasan el día antes.
-¿El día antes de qué?
-El día antes de la felicidad.

lunes, 22 de marzo de 2010

un viaje por mis recuerdos

Hacía años que no veía a mi prima Berenice. Hoy al llegar a casa mi esposa me dijo que Berenice había llamado desde Perú, quería que pasáramos las Navidades juntos, que en unos días volvería a llamar para saber mi opinión. Esta llamada me hizo recordar aquellos días que pasábamos juntos en nuestra infancia. Éramos primos Berenice y yo, y nos habíamos criado juntos en la casa de mis mayores. Sin embargo, crecíamos de manera muy diferente: yo, enfermizo y hundido en la melancolía; ella, ágil, graciosa y rebosante de vigor. Siempre estábamos juntos, éramos inseparables. Todo el mundo se quedaba sorprendido cuando nos veía y aún más al conocernos. Con el paso de los años la gente del pueblo olvidó nuestros nombres, nos conocían por: la noche yo y el día mi prima. Y es que así era en realidad. Berenice era rubia con ojos claros y con una gran sonrisa que la alumbraba toda la cara. Siempre estaba a mi lado para ayudarme en todo, incluso para defenderme de los otros niños del pueblo que siempre se metían conmigo. Pues la verdad, yo era muy torpe para todo y además siempre estaba enfermo, con pocas ganas de jugar.
Cierto día cuando regresábamos del colegio, Berenice tuvo una idea, para ser sinceros ella siempre estaba pensando e imaginando cosas. Me dijo:
- Querido primo, tu sabes que para mí eres una gran persona, pero la realidad, es que tu eres poca cosa, no eres fuerte, ni alto… pero por el contrario tu corazón es tan grande como tu imaginación. Por eso hoy he pensado que serás poeta, escritor, o ambas. Eso no lleva mucho esfuerzo físico que es lo que a ti te agota, y lo puedes realizar en cualquier sitio y a cualquier hora que te encuentres bien.

Yo me quedé muy asombrado, pero todo lo que ella decía siempre salía bien. A partir de aquel momento me dediqué a ello. Al principio me costó mucho poner en orden mis ideas, pues yo solo tenía doce años y Berenice catorce. Pero ella me ayudaba y todo resultaba más fácil. Cuando le decía que no tenía ideas ella me contestaba:
- Escribe sobre lo que conoces, mira tu alrededor hay muchas cosas bonitas que contar o también feas que no nos gustan. Ponlo en tu cuaderno que el mundo se entere, yo te aseguro que algún día serás importante y que tus libros gustaran mucho.

Eso me daba ánimos. Los años fueron pasando y al cumplir mi prima veinte años se casó con un médico y se marchó al extranjero. Para mí eso fue un gran golpe pues todo lo que hacía yo era con su ayuda. Poco a poco me fui acostumbrando a vivir sin ella y a concentrarme en mis escritos. Quería que la gente que los leyera sintiese lo que yo decía. El primer libro que publiqué se tituló “Mis recuerdos” y se lo dediqué a mi prima. Tuvo un gran éxito y a partir de ese momento no he dejado de escribir y todos los libros con gran aceptación. Ahora estoy casado con mi editora, y estoy esperando mi primer hijo. Nos han dicho que será niña y que nacerá en Navidad. Estoy deseando ver a mi prima y su familia para decirle que se quede con nosotros una temporada y volver a recordar los viejos tiempos en los que fuimos tan felices.

1 comentario:

José A. Sáinz dijo...

Cambia tubo. Me gusta en especial el retrato del personaje femenino; era un filón interesante que podrías haber desarrollado algo más.