A, 30 de abril: Caballo de los sueños.
B, 7 de mayo: La noche del soldado.
A, 14 de mayo: La calle destruida.
B, 21 de mayo:
Melancolía en las familias.
A, 28 de mayo: -Son cosas que pasan el día antes.
-¿El día antes de qué?
-El día antes de la felicidad.
B, 4 de junio: -Son cosas que pasan el día antes.
-¿El día antes de qué?
-El día antes de la felicidad.

lunes, 8 de marzo de 2010

La última vez (1ª parte)

Se pasó los dedos por delante de los ojos, bajó la cabeza. Se había dejado las gafas de sol en casa.
Subió las escaleras, y echó a andar casi pegado a los edificios, aprovechando las escasas sombras.
Pensó en detenerse para tomar un helado, pero en ese mismo momento sonó su teléfono, era Mick.
Le comentó que esa misma noche podría ganar unos billetes.
Le pareció buena idea. Mick quedó con él a las once al este del aeropuerto, a unos ocho kilómetros de su casa.
Nada más terminar la llamada, fue corriendo a su casa, tenía que poner a punto el Nissan Skyline.
Abrió la puerta de su casa, se quitó la chaqueta y dejó las llaves en un tarro de barro que esta encima de la televisión.
Paso por la cocina, cogió una cerveza y casi sin descanso bajó al garaje, allí estaba su más preciado tesoro, aunque con los neumáticos desgastados, tenía que ponerse manos a la obra para tener el coche puesto a punto esa misma noche.

Los neumáticos nuevos, quiso ponerlos en unas llantas König que habia comprado esa misma mañana en el taller de su amigo, Roman. Eran preciosas, color gris cromado de 20’’ una maravilla, por lo que al ponerlas en los nuevos neumáticos lo hizo cuidadosamente para no estropearlas.

Conectó los neones que estaban instalados en los bajos del coche, azules, que pegaban a la perfección con el color gris mate de su coche.
Solo faltaba una última cosa, el óxido nitroso, necesario para asegurar la victoria. Es un gas que al mezclarse con la gasolina, a la hora de la combustión suministra una inmensa dosis de potencia extra.

Revisó las botellas de óxido nitroso que estaban puestas en su coche, se dió cuenta de que no contenían la cantidad suficiente, por lo que las cambió por otras nuevas.

Estaba todo listo, el coche reluciente, igual que el motor, pero el tenía las manos llenas de grasa de motor.

Eran las diez y cuarto, calculó que tardaría cinco minutos en llegar al aeropuerto.
Decidió darse una ducha para quitarse la grasa del motor.
Se quedó enfrente del coche, mirándole, se dio la vuelta y apagó la luz del garaje, y fue a ducharse.

3 comentarios:

José A. Sáinz dijo...

Me gusta esa técnica impresionista, como sin principio ni final, limitándote a contar acciones. En mayúscula los nombres propios, de marcas o modelos.

Ivan dijo...

¿Qué nombres propios?

José A. Sáinz dijo...

Me refería al modelo de Nissan y las ruedas. Has sido agraciado con la revisión. Y creo que la has pasado adecuadamente.