A, 30 de abril: Caballo de los sueños.
B, 7 de mayo: La noche del soldado.
A, 14 de mayo: La calle destruida.
B, 21 de mayo:
Melancolía en las familias.
A, 28 de mayo: -Son cosas que pasan el día antes.
-¿El día antes de qué?
-El día antes de la felicidad.
B, 4 de junio: -Son cosas que pasan el día antes.
-¿El día antes de qué?
-El día antes de la felicidad.

jueves, 25 de marzo de 2010

Paisaje marítimo

Hacía mucho frío y me daba el viento de cara. La olas rompían en las rocas y salpicaban de espuma el largo paseo marítimo. Me apoyé en la barandilla y miré a lo lejos, no había barcos en el mar con aquel temporal. El mar tampoco era tan azul y el cielo estaba completamente gris. Aunque empezó a llover no podía abrir el paraguas. Me puse la capucha del impermeable y la até con fuerza. No me quería ir tan pronto a casa. Empecé a imaginarme como se llenaba aquella playa de gente todos los veranos, con sus sombrillas de mil colores, los niños corriendo y llenando de arena a los que se duermen la siesta mientras toman el sol, las señoras que entran de puntillas en el agua gritando cuando les llega a la cintura, los vendedores de sandías y melones dando voces para ver si pica alguien, los puestos de helados, los chiringuitos que huelen a calamares fritos y los jubilados andando a paso ligero una vuelta tras otra. Todos los años era lo mismo, pero en cuanto llegaba el mal tiempo la playa, y el pueblo también, se quedaban vacíos. En realidad todos mis vecinos preferían el invierno, con la gente de siempre saludándose en la calle, comprando a los tenderos de toda la vida ... Pero a mi me parecía que al cuadro que estaba mirando le faltaban los detalles más importantes.
Volví a casa intentando que el viento no me llevara, subí corriendo las escaleras del portal tenía una idea y no quería desanimarme. Decidí pintar la playa tal y como a mi me gustaba verla, así no me la tendría que volver a imaginar nunca más, y cada verano, podría añadir nuevos detalles que ahora se me escapaban.

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